Con la nueva década los Bolsillitos perdieron muchas
cosas: sus inolvidables tapas a cuadritos, los Bolsillitos desplegables, los
con sorpresas que traían ventanitas, la presencia de la mayoría de los autores
e ilustradores de la primera época, la Colección “Gatito” con la cual
compartían personajes, los suplementos de juego, el programa de radio, muchas
series y personajes amados por los lectores de los cincuenta y, especialmente,
la cantidad de ejemplares editados y vendidos.
Esto último provoca que haya menos ejemplares en
circulación y que nos haya costado mucho trabajo reconstruir completamente la nómina de los
títulos publicados, con sus correspondientes autores e ilustradores. Además, en
algunos años, bajó mucho la calidad del papel y eso convirtió a los Bolsillitos en objetos muy frágiles y
difíciles de conservar.
Evidentemente
también están en juego otros factores como los problemas sociales y económicos
y los cambios de los hábitos lectores. Hay que tener en cuenta que en los
cincuenta la televisión casi no existía. Me crié en un barrio de la zona norte
del Gran Buenos Aires y los primeros recuerdos que tengo de ella son de 1956 ó
1957 cuando, algunas noches, íbamos toda la familia a ver tele en casa de un
afortunado vecino. El primer televisor que compraron mis padres habrá sido en
1959 o en 1960. Claro que en los barrios había cines, en el mío había tres y los
chicos íbamos solos a las funciones de la tarde; en mi caso, casi todas las
semanas, acompañada por mi hermano y mi primo, un par de años mayores que yo.
Se podría hablar también de la competencia de
las revistas de historietas, las famosas “revistas mejicanas”, y de revistas de
otras editoriales argentinas, por ejemplo “Codelín” de Códex, que traía como
suplementos unos libritos de tamaño similar a los Bolsillitos, o Sigmar con su
“Colección Pichi”, de tamaño aún más pequeño;
o con “Mis animalitos”, de tamaño un
poco más grande, pero que llamaban mucho la atención por ser troquelados y de
tapas semi-rígidas.
Un
factor fundamental puede haber sido la ausencia de Boris Spivacow, que pasó a
hacerse cargo de Eudeba en 1958. Si bien la parte literaria estaba en buenas
manos, por la presencia de Beatriz Ferro, los encargados de la distribución y
la publicidad pueden no haber sido tan eficientes como Boris.
Pero
no quiero hablar de decadencia porque los Bolsillitos nunca decayeron en
calidad. Había menos ejemplares a la venta, eso es indudable; el papel, en
algunos períodos, no era un papel de calidad, pero la gente que los seguía
haciendo sí y lograron sobrevivir hasta el último suspiro de la Editorial
Abril, en 1976.
Voy
a dividir mi análisis en dos sub-períodos. El primero desde enero de 1960 hasta
noviembre de 1968; el segundo, un poco más breve desde diciembre de 1968 hasta
octubre de 1976. Paso a explicar el porqué.
El
Bolsillito número 867 Chamamé de la selva, de Pedro y Ruth, aparecido en septiembre de 1968, es el último Bolsillito original.
El 868 ya es una reedición: El regalito de Navidad, de Noñé y Breccia, cuya primera edición es de diciembre de 1952. A partir de ahí son todas reediciones de antiguos títulos.
Bolsillito N°871, reedición del N°9
Es decir que los cuatrocientos diez números que abarcan los últimos ocho años, son reediciones. Pero me parece que la cifra de
ochocientos setenta y siete títulos originales publicados semanalmente durante
diecisiete años ya es bastante importante.
La
década del 60
En los primeros años, siguieron apareciendo figuritas sueltas dentro de los libritos, pero ya no se llamaban "Galería de Bolsillitos" ni tenían diseño de postal. Se llamaban "suplementos " y representaban una escena del cuento.
En los primeros años, siguieron apareciendo figuritas sueltas dentro de los libritos, pero ya no se llamaban "Galería de Bolsillitos" ni tenían diseño de postal. Se llamaban "suplementos " y representaban una escena del cuento.
Suplementos de los Nº461, 463, 469 y 470
Ya vimos que el primer Bolsillito de 1960 es el último en tener
tapas a cuadritos. Se trata de Los
zapatos de Clavito, de Beatriz y Chacha, y es un cuento sobre los Reyes
Magos, como era habitual en los Bolsillitos publicados en esa fecha.
En el número siguiente, ya con las nuevas tapas, Beatriz
lanza, dentro de la serie “Mis animalitos”, a uno de sus personajes más
famosos: el Topo Amable. La cuestión de las series en los Bolsilltos es para
volver loco a cualquiera ya que “Mis animalitos” es una serie de los primeros
años. En este cuento salen los personajes de la serie “La vida en el bosque”:
la ardilla Canelita, el castor Bibí, el mapache Osiquito…
¿Por qué el cambio de nombre? Porque la serie del bosque ya no existe, como tampoco la de “Los cachorritos”, ahora los cuentos de animales vuelven a ser de “Mis animalitos”, salvo los de la serie “Carnavalito” que continúa con ese nombre.
Pero “Mis animalitos” no dura mucho, ya que las próximas aventuras del topo son de “Mis alegrías”, una serie que nunca dejó de existir y que reúne todos los cuentos que no entran en determinada serie.
Nº 402 ¡Los topos son así!
¿Por qué el cambio de nombre? Porque la serie del bosque ya no existe, como tampoco la de “Los cachorritos”, ahora los cuentos de animales vuelven a ser de “Mis animalitos”, salvo los de la serie “Carnavalito” que continúa con ese nombre.
Nº405 Los cabritos del tambor
Pero “Mis animalitos” no dura mucho, ya que las próximas aventuras del topo son de “Mis alegrías”, una serie que nunca dejó de existir y que reúne todos los cuentos que no entran en determinada serie.
Nº513 ¡Otra vez el topo!
La más coherente de las series es “El pato Donald” que
sigue reuniendo todos los personajes de Disney. Hubo un intento de resucitar la
serie “Mi escuelita” con títulos como El
enanito maestro (410), de Beatriz y Chacha y Ticho y la geometría (535) de Nora y Ruth, pero también se incluyó
en esa serie Banderín (476), de Noñé
y Ruth, que no tiene nada que ver con la escuela…
Nº410 El enanito maestro
Además de “Carnavalito”, siguieron las dos series de cuentos
tradicionales, leyendas y mitos, y aparecieron algunas nuevas.
Nº406 ¡Una caldera grande así!
Nº416 Los burritos de Haití
A partir del número 550, de noviembre de 1962, dejó de
aparecer el nombre de la serie, aunque se tratara de personajes que antes
pertenecían a alguna de ellas. Gracias a Dios.
Dentro de la serie “Mis alegrías” aparecieron cuentos de
un mismo personaje que merecerían tener una serie que nunca tuvieron. Son los
siguientes.
El
Topo Amable
Es una creación de
Beatriz y Ruth. Se trata de un topo casi ciego, como todos los topos, que se
mete en líos porque siempre confunde las cosas. El nombre se lo pone Osiquito
en el primer cuento ya que lo considera un animal muy amable porque dice que su terreno es
hermoso cuando, en realidad, es una calamidad porque hace mucho calor y
Osiquito no tiene ganas de labrar la tierra. Pero el topo, sin darse cuenta,
remueve todo el terreno y el mapache puede sembrar y hacer un hermoso jardín.
Sin embargo, después de descansar, vuelve a cavar túneles y destroza las flores
porque “los topos son así”, su corta vista no distingue entre un yuyo y una
flor.
Algunos de los otros cuentos del topo son: El topo amable (497), Los anteojos del topo (508), ¡Otra vez el topo! (513), Los pantalones mágicos (666), El topo va
de viaje (688)
Al igual que había hecho Inosito, este personaje siguió
viviendo más allá de los Bolsillitos. Por ejemplo aparece en El trébol azul 2 .Leer e imaginar. Historias
de un topo llamado Amable, de Editorial Aique, en 1994 y en Cuentos del Topo Amable, de Atlántida
en 2007. En este último está Los pantalones mágicos con un final
diferente que no les voy a contar. Creo que, para los lectores de los sesenta,
ni el topo dibujado por Carlos Nine ni el dibujado por Elena Torres son el
verdadero Amable dibujado por Ruth.
Cándida
Es otro personaje de
Beatriz, ilustrado por Ruth. Aparece por primera vez en el 561 ¿Qué buscas, Ardillita? Como su nombre lo indica, es una ardilla muy
ingenua y forma parte de la pandilla del topo, a la que pertenecen también el
zorro (que no tiene nombre) y otros animales. Tiene varios cuentos: Cándida
(581). Alfombras para volar
(615),
La quinta del zorro (663), que es una recreación del cuento tradicional El zorro y el quirquincho (aunque no se lo menciona); El zorro en África (692); La suerte de Cándida (703), entre otros.
La quinta del zorro (663), que es una recreación del cuento tradicional El zorro y el quirquincho (aunque no se lo menciona); El zorro en África (692); La suerte de Cándida (703), entre otros.
Nº663 La quinta del zorro
Este personaje también salió a recorrer mundo; aparece en Cuatro cuentos cándidos de la colección “Los caza cosas” de
Editorial Estrada del 2012, ilustrado por Elena Torres. Uno de los cuentos
retoma el argumento del Bolsillito 703 La suerte de Cándida, con algunos
cambios en los nombres de los personajes.
Hay otro personaje de Beatriz que, a pesar de tener un
solo cuento, tuvo mucha suerte. Es Alvarito
(Bolsillito 701), que asciende socialmente cuando pasa de un humilde Bolsillito
a un libro-álbum. Hasta cambia su nombre por uno más elegante: Ramiro, ilustrado por Clara Urquijo,
Atlántida, 2006.
Alvarito (1965)
Ramiro (2006)
Esto prueba que los personajes y los argumentos de los
Bolsillitos pueden cambiar de época sin
ningún problema.
Panchito
Así como Nora había
creado una Panchita, ahora aparece un Panchito (tal vez su hermano) ilustrado por Ruth, que como Pinocho y
Pinochita (tal vez sus primos) cambia de oficio a cada rato. Así tenemos Panchito
heladero (454), Panchito carnicero
(459), Panchito frutero (463), Panchito lechero (466).
Pero
la diferencia es que trabaja para diversos patrones que siempre terminan echándolo.
Es que Panchito es un tierno: le presta el carrito de los helados a un pingüino
para que se refresque, le da la carne a un perrito, hace títeres con las frutas
para divertir a otros chicos y reparte la leche entre los gatos del barrio.
Ada
y Adita
El primero de esta
serie es el 507 La señorita Ada, una
niñera mágica como Mary Poppins, encargada de cuidar a Chiquita y Miguel. La
nena sospecha que es un hada, pero su hermano no lo cree hasta el momento en
que Ada encuentra la hache que se le
había perdido y sale volando por la ventana.
En el 520 ¡Ada es
un hada! los hermanos van a visitarla a su casa y le ayudan a limpiar. De
una forma muy particular, por supuesto.
Adita aparece en el 522 Adita aprende a ser hada. Es la sobrina de Ada, su tía le regala la
primera varita y le enseña a usarla, pero Adita se va a hacer magia por su
cuenta y no todo le sale bien.
Otros cuentos son Ada va al zoológico (541),
Ada y el ñu (602), donde decide ser maestra suplente y arma más líos
que en el zoológico, Ada y los colores
(613), Adita se escapó (649), Ada en el circo (699)
. El último creo que es El hada maestra (777) donde ya es maestra titular. Este está ilustrado por Ruth, mientras que los anteriores son todos de Agi. La autora es siempre Beatriz.
. El último creo que es El hada maestra (777) donde ya es maestra titular. Este está ilustrado por Ruth, mientras que los anteriores son todos de Agi. La autora es siempre Beatriz.
Los cuentos de Ada salieron entre 1964 y 1967 y es uno de
los personajes más recordados por los lectores.
El
brujito Ticho
Es un personaje de Nora y Ruth que ayuda a los chicos en
problemas. Aparece, por ejemplo, en: Carlitos
y su elefante (519); Ticho y la
geometría (535); El polvo del revés
(565).
El
duende Troc
Este personaje es de
Beatriz y Ruth, es un duende muy pequeñito.
En Troc (523) convive con una
familia causándole problemas hasta que el nene de la casa dibuja un tren en la
pared al cual Troc sube y se va muy feliz.
En Troc
y la bruja (655) el argumento es mucho más interesante: Troc tiene la
habilidad de entrar en los libros, entonces entra en uno en el cual la bruja
Hilofino tiene atrapados a dos chicos en un altillo. Al dar vuelta la página,
desde dentro del libro, rompe la puerta del altillo y los chicos se
escapan. Pero la bruja los ve y los persigue.
Entonces Troc derrama un frasquito de tinta y se hace de noche. La bruja
vuelve a hacer luz y queda encandilada por lo cual no distingue qué clase de
ser es el duende y sus hechizos no funcionan.
Troc se escapa haciendo una escalera con las palabras del cuento y atrapa a la bruja lanzándole, como si
fueran aros, cinco oes mayúsculas. Luego fabrica para los chicos hamacas con la
línea del horizonte y los tres escriben al pie de la última página “¡Y todos
fueron muy felices!”
Osotonto
Es un oso que, obviamente, es como su nombre. Aparece en Osotonto (537), escrito por Beatriz y en
Osotonto y el duende (573) escrito
por Susi. Las ilustraciones son de Ruth.
La
brujita Flo
Otro personaje de
Beatriz y Ruth. Es una brujita que quiere ser mala, pero siempre termina
haciendo cosas buenas. Aparece en: Flo y
el búho (569); Flo pesca un regalo
(598)
¡Con
una sorpresa!
Dentro de la serie “Mis alegrías” salieron algunos
Bolsillitos que tenían un cartelito dibujado en la tapa con la leyenda “¡Con
una sorpresa!”. La misma consistía en un librito enganchado en las páginas
centrales. Eran casi del mismo tamaño que los Bolsillitos, pero con dibujos en
blanco y negro que los chicos podían pintar. Algunos también traían
entretenimientos.
Nº446 Sardinita
Creo que salieron sólo a fines de 1960. Los títulos de “Mis alegrías” son: Sardinita (446) de Beatriz y Ruth y Los
adornos de Lilí (451), de Beatriz y Agi. Este último traía adornos para el
arbolito, para pintar y recortar.
Sorpresa del Nº 451 Los adornos de Lilí
Algunos pertenecían a otras series, por ejemplo Laurín el del jardín (445), de Beatriz y
Ruth, es de “Los pueblos y sus cuentos”; Marcelino el gauchito (447) de
Beatriz y Agi, es de “El mundo chiquito”; El
gatito Rombo (450), de Beatriz y Ruth de “El elefante y la pulguita”.
Finalmente Las casitas de Miguel (444) y El día que Miguel se enojó (448), de Beatriz y Chacha, pertenecen a la serie “Mis juguetes”
Sorpresa del Nº450 El gatito Rombo
Finalmente Las casitas de Miguel (444) y El día que Miguel se enojó (448), de Beatriz y Chacha, pertenecen a la serie “Mis juguetes”
Carnavalito
Esta serie de fines de la década anterior, siguió
saliendo un par de años más. Como siempre, con textos de Beatriz y dibujos de
Ruth. Algunos títulos son: Los cabritos
del tambor (405), Carnavaito (408),
Reina (414), Traful el huemul (419), Regalo
para Celeste (424), Coquena y los
Reyes Magos (453).
El
pato Donald
La serie de Disney no tuvo tantos títulos como en la
primera época, pero siguió estando. Menciono el nombre del adaptador que
aparecía al final, porque en la tapa seguía
figurando “Walt Disney”, como
autor y como ilustrador.
Adaptados por Edith: Manni el burrito (418), El
sastrecillo valiente (475), La noche
de las narices frías (538). Adaptados por Beatriz: La bella durmiente (413); Pi y Olín (439), Pinocho y los juguetes (452), que era “con sorpresa”; La colección de Pluto (483), Pi, Olín y el acordeón (489). Creo que
el último de Disney fue el 538, en 1962.
Ya vimos,
en el capítulo anterior, que Beatriz Ferro pasó al CEAL para dirigirl los ·”Cuentos
de Polidoro”; en esa colección fue la encargada de reescribir los cuentos clásicos
de Perrault, los Grimm y Andersen, así también como las leyendas y mitos americanos.
Varios versiones suyas de los Bolsillitos reaparecieron en los Polidoro con muy
pocos cambios.
Los
pueblos y sus cuentos
Beatriz continuó con
esta hermosa serie durante los dos primeros años de la década. Algunos títulos son:
- El
espíritu de la luna (404), cuento japonés- ilustrado por Ruth
- Los
burritos de Haití (416), cuento haitiano- Chacha.
- El
coco que encerraba la noche (432), leyenda brasileña- Ruth
- Laurín
, el del jardín (445), cuento italiano- Ruth
- Huampi
el cazador (449), leyenda clachaquí- Ruth
- Los
músicos de Bremen (472), cuento alemán- Ruth
El coco que encerraba la noche es de agosto 1960. Beatriz volvió a publicar esta historia con el título El cuento de la noche en el número 25 de los ·"Cuentos de Polidoro” en 1967. La versión de los Bolsillitos es más breve y omite algunos detalles.
Más adelante, salieron otros títulos que deberían haber formado parte de esta serie, por ejemplo: La suerte de Hans (533) que pertenece a “Mis alegrías”. Es curioso, porque no figura como adaptación, pero se trata de Juan el afortunado, un cuento alemán recogido por los hermanos Grimm. Lo mismo sucede con Los duendes zapateros, que figura como de Beatriz, cuando es una adaptación de otro cuento de los Grimm.
El coco que encerraba la noche es de agosto 1960. Beatriz volvió a publicar esta historia con el título El cuento de la noche en el número 25 de los ·"Cuentos de Polidoro” en 1967. La versión de los Bolsillitos es más breve y omite algunos detalles.
Versión de los Polidoro ilustrada por Amalia Cernadas
Más adelante, salieron otros títulos que deberían haber formado parte de esta serie, por ejemplo: La suerte de Hans (533) que pertenece a “Mis alegrías”. Es curioso, porque no figura como adaptación, pero se trata de Juan el afortunado, un cuento alemán recogido por los hermanos Grimm. Lo mismo sucede con Los duendes zapateros, que figura como de Beatriz, cuando es una adaptación de otro cuento de los Grimm.
Y,
cuando ya no existían las series salieron, por ejemplo Salustia y el rey (658), un cuento polaco ilustrado por Leo y Halvor y el oso (831), un cuento sueco
ilustrado por Ele.
Hay
varios cuentos de Beatriz, que no figuran como adaptación, pero que me parece
que lo son, aunque no llegué a identificarlos, por ejemplo: Los buscadores de la primavera (594), Un cuento chino (729), El gran árbol (730), entre otros.
Historias
del mundo
La serie de mitos y
leyendas continuó durante 1960. En ese año salieron:
- ¡Una
caldera grande así! (406), leyenda nórdica- ilustrada por Leo.
- Los
siete días del mundo (417), La Biblia- Ruth
- Los
dioses y el mosquito (423) leyenda maya- Ruth
- El
hermanito de Apolo (428), mito griego- Leo
- Y
Glooskap hizo los pájaros (438), leyenda canadiense- Ruth
Los dioses y el mosquito también
salió en los Cuentos de Polidoro, Nª 29 Los
dioses campeones (1967) Al igual que el anterior, está ilustrado por Amalia
Cernadas y tiene más detalles que en la versión de los Bolsillitos.
Cuando
se acabaron las series, salieron esporádicamente algunos cuentos mitológicos.
Por ejemplo El Rey Midas (781),
ilustrado por Ruth y Oski. Es una versión bastante suavizada porque el rey no
convierte en estatua de oro a ningún animal o persona, sólo transforma cosas y
alimentos.
Mis juguetes
Evidentemente Osito, Muñequita y Trapito habían dejado un
nicho vacío muy difícil de llenar. Utilizando el mismo título de la exitosa
serie de Susi y Agi, apareció en 1960 otra de personajes-juguetes, escrita por
Beatriz e ilustrada por Chacha.
La diferencia fundamental es que estos juguetes tiene un
dueño: un nene llamado Miguel. En el primer cuento El
Gatito de paño (425), el gatito se escapa de la juguetería porque quiere
tener un amigo humano. Puede hacerlo gracias a la complicidad del dueño, Don
Basilio, que deja la puerta entornada
porque sabe que hay juguetes que van a buscar a los chicos. Pero no a
cualquier chico, ya que el gatito descarta a varios posibles dueños antes de
encontrarse con Miguel, que lo lleva a casa en su triciclo.
El siguiente es Lumpi
(429). Miguel está paseando en el
triciclo cuando aparece el gatito arrastrando una caja llena de caramelos que
había encontrado, pero no recuerda dónde. Miguel se pone muy contento hasta que
ve que hay una tarjeta que dice “Para Lumpi”. Si los caramelos tienen dueño,
hay que devolverlos. Entonces empiezan a recorrer el barrio preguntando por
Lumpi. Como no encuentran a nadie que se llame así, Miguel decide llamar Lumpi
al gatito para poder comerse los caramelos sin ningún tipo de remordimientos.
En los siguientes cuentos se agregando otros dos juguetes. En Oink (431) es un chanchito de paño el
que decide irse de la juguetería para encontrar un chico. El patito
Sofanor no quiere irse, pero lo quiere
ayudar. No les resulta tan fácil como al
gatito ya que este vivía en el primer estante y ellos casi en el último. Se
sientan en un sube y baja para impulsarse y el patito cae en el último estante,
con la cabeza pegada al techo, en una posición muy incómoda. Como el chanchito
no puede sacarlo, se trepa él también para hacerle compañía. Sofanor aletea de
rabia y…sale volando. Se pone tan contento que decide irse de la juguetería,
mientras Oink se queda lagrimeando con la cabeza pegada al techo. Entonces el
patito le hace notar que está en el estante de los aviones. Oink se sube a un
helicóptero y aterriza en la puerta de la juguetería. Y los dos amigos se van
caminando a buscar aventuras.
La historia continúa en Oink busca un amigo (436), en la que el chanchito encuentra un nene
para jugar, pero no se queda con él y en El
trencito (441) donde Oink y Sofanor se encuentran con Lumpi y juegan en un
tren de juguete.
Pero recién se encuentran
con Miguel en Las casitas de Miguel
(444) y, después de un malentendido, se quedan en la casa de Miguel, creyendo
que es la suya.
Otros cuentos de la serie, que sólo duró un año, son El día que Miguel se enojó (448) y El pato Sofanor (457). La mayoría de ellos son “con sorpresa”.
Otros cuentos de la serie, que sólo duró un año, son El día que Miguel se enojó (448) y El pato Sofanor (457). La mayoría de ellos son “con sorpresa”.
Puf-Puf
Es una serie de Nora, ilustrada por Ruth. El primero es Puf-Puf el conejo mágico (427). Un nene
llamado Pablito va al circo con su papá. El mago dice que va a sacar un conejo
de su galera, pero el conejo no aparece. Cuando Pablito llega a su casa,
encuentra un conejo en su bolsillo. El problema es que sólo él puede verlo y
sus padres creen que lo está inventando. Así Puf-Puf, el conejo mágico se
instala en la vida de Pablito.
Otros cuentos de esta serie son Puf.Puf va a la escuela (433), Puf –Puf va de pic-nic (437), El huevo de chocolate (465). Siempre el
argumento gira alrededor de las travesuras que hace Puf-Puf, que sólo Pablito
puede explicar, pero que nadie le cree.
El
mundo chiquito
Es una serie que
empezó Beatriz y siguió Nora y tiene como protagonistas a niños o seres
pequeños, pero son historias individuales, los personajes no pasan de un cuento
a otro.
Algunos títulos de Beatriz son: Cachito pescador (442) y Marcelino
el gauchito (447), ilustrados por Agi; La
pesca y Martín (464) ilustrado por Leo y El enanito y el tiempo (468), ilustrado por Chacha.
Nª47 Marcelino el gauchito
Y de Nora: ¡Hay
nieve! (480), ilustrado por Ruth y ¡Al
agua, Juancito! (484), ilustrado por Agi.
El
elefante y la pulguita
Otra serie de Beatriz cuyo nombre es un misterio, ya que
no encuentro ningún elemento que lo justifique.
Entre sus títulos figuran, ilustrados por Ruth: El gatito Rombo (450), ¿Quiénes el más viejo? (469), La ventana de Ana (491), Dalmira va de paseo (517).
Ilustrados por Agi:Cayó
un hada en el jardín (495), Tomasito
y el campo (526); por Chacha: Las
casitas de los árboles (460).
Nº450 El gatito Rombo
Mi
calle
También reúne títulos de Beatriz y Nora. Parecen ser
todos de niños que se mueven por su barrio paseando, haciendo compras,
trabajando. No duró mucho tiempo. Algunos títulos son: Yo soy yo (455) de Beatriz y
La calle de Hernán (477) y Gabriel quiere trabajar (481) de Nora.
Los tres están ilustrados por Ruth.
Noche
y día
Es otra serie de
Beatriz con título enigmático. En ella aparecieron: Osopardo y Osaparda (456) y El
viento quiere jugar (471), ilustrados por Leo; El parque y el invierno (500) y
El paseo de Dionisio (506), ilustrados por Ruth y La siesta del enanito (490), ilustrado por Chacha.
1,
2,3
De esta serie sólo
encontré un cuento, Diez pesitos (461),
de Nora y Ruth. El narrador protagonista va contado las monedas que le dan por
hacer diversos mandados, hasta llegar a reunir diez pesos para poder comprarse
un camioncito azul.
Vemos que de las
series nuevas de los primeros años de los sesenta, no hay ninguna que haya
tenido la trascendencia de las de la década anterior. Creo que fue buena la
decisión de dejar de clasificarlos en series ya que, salvo las que tenían los
mismos personajes, eran bastante arbitrarias en la inclusión de los títulos
dentro de las mismas.
Los
clásicos
Me interesa ver cómo adaptaban los cuentos clásicos en
esta época, si hay diferencias con la anterior o no. No hay tantos títulos como
en la primera etapa, pero igual están presentes. Las adaptaciones son casi
siempre de Beatriz.
El primero aparece en 1961, es Los músicos de Bremen (472), ilustrado por Ruth, que figura como
“cuento alemán”, pero sigue la versión de Jacob y Wilhem Grimm. En este cuento
no pasa nada truculento que se pueda censurar, pero igual se suavizaron algunos
detalles. Si bien se dice que el gallo estaba destinado a ser comido, los otros
tres animales, el burro, el perro y el gato sólo fueron echados por sus amos
porque estaban viejos y no les servían. En el cuento original los amos quieren
matarlos.
En la versión de Beatriz de los Cuentos de Polidoro, Nª15, ilustrada por Agi (1967) se sigue más de cerca el texto original.
En la versión de Beatriz de los Cuentos de Polidoro, Nª15, ilustrada por Agi (1967) se sigue más de cerca el texto original.
En 1962 apareció, ilustrado por Agi, La
suerte de Hans, (533) como ya vimos con el nombre de Beatriz y sin el
rótulo de adaptación. Es un cuento de los hermanos Grimm que suele traducirse
como “Hans, Juan o Juancito el afortunado”. Se trata de un muchacho que recibe un pago importante por su
trabajo de varios años y, en el camino de vuelta a su casa, va cambiando su
única posesión por un animal o cosa cada
vez de menor valor. Pero a él no le importa, porque es una persona positiva y
sabe ver el lado bueno de las cosas.
En los años siguientes no encontré ninguno, pero, como no
conozco todos los títulos, puede ser haya habido alguna adaptación. En mayo de 1966 apareció El hombrecito de pan de miel (733); en noviembre
de 1967 Un chico…, un hombre y un burrito
(810) en diciembre Los
veinte colchones (814) y El conejo azul (818); en el transcurso del año siguiente: Los duendes zapateros (820), Hansel y Gretel (821), Rumpelstiltskin (827), El mago Lenguado (829). Los tres deseos (837), Los tres osos (845). Este último,
adaptado por Edith.
El hombrecito de pan de miel, de
Beatriz y Ruth, es una versión del cuento inglés El hombrecito de jengibre, en el cual una galletita con forma de
persona se escapa del horno de una viejita y se echa a correr. Lo persiguen la
pareja de ancianos y varios animales que quieren comérselo, pero el hombrecito
corre y corre cantando una canción burlona. Hasta que un zorro se ofrece a
ayudarlo a cruzar un rio y lo va haciendo pasar desde su cola hasta su hocico;
ahí tira la cabeza hacia atrás, lo lanza por el aire, lo atrapa con la boca y
se lo come. Ahora bien, en la versión del Bolsillito el hombrecito se cae en la
pimienta y la viejita no lo corre porque ya el sabor está arruinado, se encuentra
con varios animales que tampoco lo corren, sólo le preguntan adónde va. Al
final, pasa lo mismo con el zorro, pero, cuando está a punto de comérselo, la
pimienta lo hace estornudar, el hombrecito vuela por el aire, cae en la otra
orilla y se escapa… ¡Era una galletita! ¿Está mal comer galletitas con forma de
persona? Sin embargo, en El casamiento de
la pulga (799), sobre el final, el zorro se lleva a la madrina (la gallina)
y el gato al padrino (un ratón)…
Un chico…, un hombre…y un burrito es una
versión fiel del cuento de los hermanos Grimm.
Los veinte
colchones es La princesa y el guisante
de Andersen. No se menciona al autor, pero se dice que es una adaptación;
reproduce fielmente el original y la ilustradora es Ruth.
La versión de Los cuentos de Polidoro, ilustrada por Ayax Barnes, es prácticamente el mismo texto, con algunas frases cambiadas. Es el Nº7 El intrépido soldadito de plomo/La princesa y el garbanzo. Es de mayo de 1967 en tanto que la de los Bolsillitos es de diciembre del mismo año.
Rumpelstiltskin
está muy bien adaptado. Los ilustraciones son de Agi y, cuando uno las mira, no
puede dejar de pensar en “Los cuentos de Polidoro”, es el mismo estilo que
aparece en estos, mucho más simplificado
que en años anteriores, pero sin dejar de ser el estilo característico
de Agi. Recordemos que los Polidoros comenzaron a salir en 1967, tanto Beatriz
como Agi estaban trabajando simultáneamente en las dos colecciones,
El mago Lenguado
es el cuento El pescador y su mujer,
de los hermanos Grimm, igual que el anterior. También es una adaptación fiel,
es un cuento sobre la codicia sin límites, con una moraleja implícita que no da
lugar a ningún tipo de censura. La ilustradora es Ruth.
Los duendes
zapateros, El conejo azul y Los tres
deseos también aparecen en “Los
cuentos de Polidoro”, adaptados por Beatriz. Vamos a ver si hay coincidencias
entre las versiones o no.
El primero es un cuento de los Grimm. Las dos versiones
son casi iguales, con algunas frases más
en la edición del CEAL que lo hacen un poco más largo, Veamos la rima final que
cantan los duendes. En el Bolsillito es “¡No somos duendes zapateros” / ¡Somos
los duendes caballeros!”.
En tanto que, en el Polidoro, es: “¡Somos los duendes caballeros!/ ¡Ya no seremos zapateros!” El Bolsillito es del 3 de enero de 1968 y el Polidoro, que se llama solamente Los duendes es un poco anterior, es el número 19 de la colección así que debe ser de agosto de 1967. Está en el mismo tomito que El ganso de oro, a continuación de este, por eso no aparece en los listados de la colección. Está ilustrado por Agi y el de Bolsillitos, por Ruth.
En tanto que, en el Polidoro, es: “¡Somos los duendes caballeros!/ ¡Ya no seremos zapateros!” El Bolsillito es del 3 de enero de 1968 y el Polidoro, que se llama solamente Los duendes es un poco anterior, es el número 19 de la colección así que debe ser de agosto de 1967. Está en el mismo tomito que El ganso de oro, a continuación de este, por eso no aparece en los listados de la colección. Está ilustrado por Agi y el de Bolsillitos, por Ruth.
El conejo azul
es La novia del conejo, también de
los hermanos Grimm. En los Bolsillitos salió a fines de 1967 y en Polidoro en
el número 15 (junto con Los músicos de
Bremen) en agosto del mismo año. Es prácticamente la misma versión, con muy
pocas diferencias. La edición de Abril está ilustrada por Ruth y la del CEAL
por Agi.
Los tres deseos
es un cuento muy gracioso de Perrault. El de los Bolsilltos está ilustrado por
Chacha y es del 5 de junio de 1968. El
de los Polidoro, que es el número 13, es por lo tanto, anterior; está ilustrado
por Oscar Grillo. Si bien el argumento
es el mismo, hay una mayor diferencia ente las dos versiones de Beatriz. La del
Polidoro es mucho más larga y tiene más detalles, por ejemplo la enumeración que hace el leñador de cómo
puede hacer su mujer para ocultar su nariz de salchicha…
Dejé para lo último a Hansel
y Gretel y Los tres osos porque
ya habían salido en los primeros Bolsillitos.
Recordemos el final de
Los tres osos de Noñé: el
osito persigue a Rizos de Oro para que se termine de tomar la sopa. En la versión de Edith, donde la comida es
arroz con manteca, no sucede eso. La nena, que se llama Luciana, escapa
asustada como en el cuento original.
Además, mientras en la primera versión sólo se hacía referencia al tamaño de las cosas, en la de Edith aparece ampliado el juego de opuestos (frío- caliente, duro-blando, alto-bajo) y con ello aumenta la gracia del cuento. Veamos cómo reacciona el osito en las dos versiones al ver a la nena dormida en su cama. En la de Noñé: “.¡Y aquí está, durmiendo en la mía!- dijo aplaudiendo Osito”. En la de Edith: “Y el osito bramó: - Alguien ha querido meterse en mi cama y ese alguien allí está…¡dormida!”
Además, mientras en la primera versión sólo se hacía referencia al tamaño de las cosas, en la de Edith aparece ampliado el juego de opuestos (frío- caliente, duro-blando, alto-bajo) y con ello aumenta la gracia del cuento. Veamos cómo reacciona el osito en las dos versiones al ver a la nena dormida en su cama. En la de Noñé: “.¡Y aquí está, durmiendo en la mía!- dijo aplaudiendo Osito”. En la de Edith: “Y el osito bramó: - Alguien ha querido meterse en mi cama y ese alguien allí está…¡dormida!”
Hay una gran diferencia entre “aplaudir” y “bramar”.
Vemos que en los nuevos Bolsillitos existe la voluntad de aproximarse a las
versiones originales sin endulzarlas. La
ilustradora de esta nueva versión es Agi.[1]
Pero la prueba de fuego es Hansel y Gretel, uno de los cuentos más censurados en la historia
de la literatura infantil. Ya vimos que en la versión de Noñé se censuran tres cosas: la muerte de la bruja
(Gretel la encierra en el horno apagado), el robo del tesoro de la bruja (los
chicos vuelven tan pobres como llegaron) y la muerte de la madrastra
(simplemente se había ido).
En
la versión de Beatriz, del 3 de enero de 1968, ilustrada por Ruth, el horno también está apagado y la madrastra
también se había ido, pero los chicos roban el tesoro de la bruja y vuelven
ricos a su casa. Además, hay otros detalles que la primera versión obvia, como
Hansel mostrándole a la bruja el hueso de pollo en lugar de su dedo o el cisne
que ayuda a los niños a cruzar el río.
Beatriz
también escribió una versión para los Polidoros, el número 21, de agosto de 1967, ilustrado por Agi. Es más
completa, aparece el detalle de Hansel
que mira para atrás para ver donde caen las piedritas, y dice que está
mirando a su gatito blanco y, la segunda vez, cuando tira las migas, a su
palomita. Pasan tres días perdidos en el bosque y encuentran la casa de chocolate
porque siguen a un pajarito blanco, como en el cuento original. También existe
el diálogo en verso entre la bruja, dentro de la casa, y los chicos afuera
comiendo pedacitos de ella, y el buen recibimiento que les hace cuando entran a
la casa. Esta vez el horno está encendido y Gretel engaña a la bruja diciéndole
que no sabe cómo hacer para que esta se asome al horno y poder empujarla y “la
vieja se dio tal susto que se murió en seguida y Gretel corrió donde estaba su
hermano…” La madrastra también se había
muerto.
Esta
versión es como el original de los Grimm. Vemos entonces que no era de Beatriz
la idea de censurar el cuento, sino que tendría que ver con los Bolsillitos.
Entonces vuelvo a preguntarme: ¿por qué nadie
muere en los Bolsillitos? Ni las madrastras malas que abandonan a los
niños, ni las brujas que se los quieren comer. Beatriz pudo hacer que los niños
se adueñasen de un tesoro ajeno, pero no pudo narrar la muerte de un villano.
Aún
hay uno más: La Sirenita de Andersen
(aunque sólo diga Beatriz en la tapa) en el número 636. Las ilustraciones de Agi están basadas en sus primeras
ilustraciones, aquellas de 1945 que ganaron un premio en su versión italiana, y
que después salieron en la “Colección Regalo” y
en “El diario de mi amiga”. Pero, como pasaron alrededor de dos décadas,
el estilo de Agi cambió y estas ilustraciones nos parecen más modernas.
El texto de Beatriz sigue a
Andersen, menos en el final, obviamente. Se pueden contar con los dedos las
ediciones de La Sirenita que no
censuran el poético y trágico final de Andersen.[2]
Disney
y los clásicos
En el capítulo
anterior dije que no me interesaba analizar cómo Disney adaptaba los clásicos,
pero en este sí me interesa.
Ya vimos que el Bolsillito número 32 de 1952 es La bella durmiente de Charles Perrault. Al analizar la adaptación
de Noñé mencioné que la película de Disney, de 1959, era la peor adaptación de
este cuento que conocía. Ahora bien el Bolsillito 413, de marzo de 1960, es también La bella durmiente, pero en versión
Disney. Evidentemente quisieron aprovechar el éxito de la película.
La esencia misma del cuento de Perrault es el hecho de
que la princesa duerme 100 años soñando con un
príncipe a quien no conoce porque aún le falta casi un siglo para nacer.
En la versión de Disney el príncipe conoce a la princesa cuando ella acaba de
nacer y él tiene 4 ó 5 años, ya que los padres de ambos arreglan un futuro
casamiento. Después se encuentran de grandes, cuando ella está en el bosque con
las hadas, y se enamoran. Las tres hadas (Flora, Fauna y Primavera) se pasan de
tontas. Primero se llevan a la princesa recién nacida al bosque para
“protegerla”. ¿Protegerla de qué? Si Maléfica dejó bien claro que se iba a
pinchar el dedo cuando cumpliera 16 años. No sólo eso, sino que le revelan su
verdadera identidad y la llevan de vuelta al castillo, el mismo día del
cumpleaños. ¿Por qué no esperan un día más? Parece que la llevan a propósito el
día señalado para que se cumpla la maldición. Primavera había cambiado la
muerte por “quedarse dormida hasta que la despierte su verdadero amor”,
mientras que el hada más joven de la versión original había dicho simplemente
“dormirá 100 años al cabo de los cuales el hijo de un rey vendrá a despertarla”
y había hecho crecer un bosque mágico que ocultaba el castillo.
En esos cien años muchos príncipes escucharon la leyenda
de la bella durmiente e intentaron rescatarla, pero murieron en el intento.
Hasta que aparece uno que es el elegido, el bosque lo deja pasar y luego vuelve a
cerrarse. Cuando el príncipe llega al castillo y ve a todos inmóviles como
estatuas vivientes se turba bastante, pero sigue adelante hasta encontrar a la
princesa; ya vimos que el beso no existe. No hay ninguna bruja malvada, sólo
una vieja hada enojada porque se olvidaron de invitarla al bautizo y no le
dieron cubiertos de oro, que después de dejar su maldición desaparece y no se
sabe más nada de ella de ella. La dueña de la rueca es simplemente una anciana
que vive en la torre más alejada del castillo y que nunca se enteró de la
prohibición del rey. Las hadas son
siete y no se llevan a la princesa a
ninguna parte, la dejan con sus padres en el castillo. No existe ninguna
Maléfica que se transforme en dragón, el príncipe no pelea con nadie, ni
siquiera con el bosque. No existen ni “la espada de la verdad” ni “el escudo de
la virtud”, no hay necesidad de armas, no hay contra quién luchar. Lo que hay
es una espera larguísima, cargada de sentidos, para acceder al amor y a la
felicidad.
¿Cuánto duerme la Aurora de Disney? El tiempo suficiente
para que las tres hadas liberen al príncipe de la prisión en la que lo había
encerrado Maléfica, pelee con la bruja-dragón, la mate y corra a despertar a la
princesa. Apenas una siestita…
Disney no entendió el cuento, lo banalizó poniéndole
escenas de peleas y violencia, lo despojó de su sentido más profundo haciendo
que los príncipes se conocieran antes y, especialmente, no dejando que la
princesa durmiera 100 años.
En la versión de Perrault no se dice el nombre de la
princesa. “Aurora” es el nombre de la hija, porque el cuento no termina con la
boda sino que hay una segunda parte que no voy a contar porque no es pertinente
para el caso. En Disney las hadas la llaman “Rosa”. “Rosa Silvestre“ es el
nombre que tiene la princesa en la versión de los Grimm, que sí termina con la
boda. Es muy parecida a la de Perrault con unas pocas diferencias: el bosque es
de rosales, las hadas son 12, los padres de la princesa también se duermen
mientras que en la versión francesa se van y cierran el castillo, y aparece la
escena del beso para despertarla.
La
cuestión de los nombres de la princesa nos indica que Disney, o quién fuera que
haya escrito el guión, conocía tanto la versión de Perrault como la de los
Grimm. ¿Por qué entonces ese ataque despiadado a un cuento bellísimo? Lo peor
de todo es que la mayoría de la gente sólo conoce la versión de Disney.
Volviendo
al Bolsillito, Beatriz adaptó esta versión, respetando su argumento. Sin
embargo, parece que había cosas que no le cerraban. Una de ellas es que los príncipes
se conocieran de pequeños, y estuviesen prometidos
por sus padres, Beatriz obvia esa parte aunque deja la que se encuentran en el
bosque, ya grandes. También suprime las escenas de violencia: Maléfica-dragón no
pelea, le da rabia que el príncipe no le tenga miedo y se va, en consecuencia el
príncipe no la mata.
Y, lo màs importante, hace que Aurora duerma dos o tres años:
Pasó un año, y otro, Y otro más. Y la princesita
continuaba durmiendo. Sólo una persona
podía despertarla: el príncipe del bosque, ¡Y las hadas fueron a buscarlo!
Nadie
que vea la película de Disney puede pensar que pasan tres años, ni siquiera
uno. Exagerando, una semana.[3]
Poemas,
canciones, adivinanzas y algo más
Una de las mejores innovaciones que tuvieron los
Bolsillitos en su última época fue el rescate del folklore infantil: nanas,
canciones de ronda y populares, adivinanzas, refranes, aparecieron con
frecuencia, como así también poemas de los autores de Bolsillitos y de otros
poetas.
Con canciones de ronda y populares podemos mencionar:.La señora Cucaracha (753), en la cual figura Martha como autora,
es la canción popular que empieza “La señora Cucaracha/ se ha comprado una
bombacha…” está ilustrada por Chacha;
Versos para cantar (768), Ruith; La Pájara Pinta (769), Agi; Corderito y Corderón (792), Ruth, donde aparecen las canciones “En coche va una niña”, “A la rueda la batata” y “Mi Señor Don Gato”
.Estaba la paloma blanca
(809), Ruth; De diez perritos (817), también ilustrado por Ruth, es la conocida
canción donde los perritos van desapareciendo hasta no quedar ninguno.
Versos para cantar (768), Ruith; La Pájara Pinta (769), Agi; Corderito y Corderón (792), Ruth, donde aparecen las canciones “En coche va una niña”, “A la rueda la batata” y “Mi Señor Don Gato”
Todos a cantar
(852) es una recopilación de Edith Preston, ilustrado por Agi, en la que
aparecen “De allacito”, “Cucu Cucu cantaba la rana” y “Algarrobo, algarrobal”
Cantos de por aquí
(786), ilustrado por Ruth, es una antología
de cielitos, huellas y coplas. Duerme,
niño (773) son canciones de cuna ilustradas por Chacha, y Versos para el pesebre (816), también de
Chacha, son villancicos.
Ejemplos de poemas populares son:Ratita y Minero (757); Pan y
Canela (763), ilustrado por Agi, una antología; Había
una vieja virueja (775), ilustrado por Chacha;
¡Buen viaje! , antología, ilustrado por Ruth. El tío Simón (780); El casamiento de la pulga (799), ilustrado por Chacha; A la Rueda Batata (844), otra antología…
¡Buen viaje! , antología, ilustrado por Ruth. El tío Simón (780); El casamiento de la pulga (799), ilustrado por Chacha; A la Rueda Batata (844), otra antología…
Y de
poemas de autor El soldadito de plomo (779) de Tristán Klingsor, ilustrado por
Ruth y algunos de Pedro (Orgambide),
como: Candombe (754), ilustrado por
Agi (que pintó a los negritos de color carbón) y En el campo (859), ilustrado por Oski, o de otros autores como Pepito el
astronauta (752) de Marciel y Chacha.
Pero la mayoría son de Beatriz, il
ustrados por Ruth o Chacha: Versos con grillo y sombrilla (612), Ruth; Versitos
con preguntas (673), Chacha; Versitos
con burbujas (706), Ruth; Versos,
versos (715), Chacha; Animaluchos y animalotes (736); Ruth; ABC (744), Chacha; Versos con frutas y sol (747), Ruth…
.El
Bolsilito 804 El viaje maravilloso es
un poema narrativo que cuenta el primer
vuelo en el globo de los hermanos
Montgolfier, tripulado por una oveja, un pato y un gallo. Es de Beatriz
y Chacha y salió en setiembre de 1967. [4]
Las adivinanzas aparecen en Versos con adivinanzas (719), ilustrado por Lydia; Adivina, adivinador (758), Adivinanzas para brujos (785) Saznanivida (851), ambos ilustrados por
Ruth ; Cosas para imaginar (864), con
ilustraciones de Ele.
Completan el espectro del folklore infantil los refranes en
Los refranes del conejo (802) de Ruth
;
los colmos en ¿Qué es lo más más? de Beatriz, ilustrado por Vicky y Diego, los trabalenguas en Tra Tre Tri (793)… y tal vez muchos títulos más que todavía no pudimos encontrar.
los colmos en ¿Qué es lo más más? de Beatriz, ilustrado por Vicky y Diego, los trabalenguas en Tra Tre Tri (793)… y tal vez muchos títulos más que todavía no pudimos encontrar.
En los últimos años aparecieron algunos cuentos de Inés
que, creo, no habían salido antes, por ejemplo: La señora Dógoda (750), ilustrado por Ruth; Un oso con corbata (782), también por Ruth y Dorilo el cocinerito (808), ilustrado por Chacha.
A pesar de los nuevos aires que traían este recate de la
poesía popular, las versiones de los cuentos clásicos, la presencia de nuevos
ilustradores, algo sucedió a fines de 1968 que obligó a la editorial a publicar
sólo reediciones.
El
contexto de los sesenta
En plena carrera espacial, con la inminente llegada del
hombre a la Luna, no podían faltar Bolsillitos que tratasen esos temas. Podemos mencionar: El Bip-bip-bip (496) de Beatriz y Ruth, que es sobre los satélites
artificiales.
Luego aparecieron: Un tranvía en el espacio (531) , de Beatriz y Mario; El mago astronauta (588), de Beatriz y Leo; Miguel y la estrella (620), de Beatriz y Leo; Pepito el astronauta (752) de Maricel y Chacha; La luna enojada (760) de Beatriz y Dibea, de diciembre de 1966. En este cuento la luna está enojada porque le mandan satélites y cohetes, pero luego se pone contenta. Por error, le llega una cajita de música y la luna queda fascinada; pero, como se le acaba la cuerda, sueña con un próximo alunizaje cuando algún ser humano pueda llega a darle cuerda a la cajita. Tuvo que esperar casi tres años.
Luego aparecieron: Un tranvía en el espacio (531) , de Beatriz y Mario; El mago astronauta (588), de Beatriz y Leo; Miguel y la estrella (620), de Beatriz y Leo; Pepito el astronauta (752) de Maricel y Chacha; La luna enojada (760) de Beatriz y Dibea, de diciembre de 1966. En este cuento la luna está enojada porque le mandan satélites y cohetes, pero luego se pone contenta. Por error, le llega una cajita de música y la luna queda fascinada; pero, como se le acaba la cuerda, sueña con un próximo alunizaje cuando algún ser humano pueda llega a darle cuerda a la cajita. Tuvo que esperar casi tres años.
Las
fiestas
Se siguen publicando
Bolsillitos de Navidad, Año Nuevo y Reyes.
Los últimos que tengo registrados son: El camello de Baltasar (714) de Yalí y Ruth; El pinito de navidad (764) de Yalí y Ruth; El Año Nuevo de Bolsillitos (765), que es un calendario de 1967 con versos de Beatriz ilustrado por Ruth. Seguramente hubo más a fines de 1967.
Los últimos que tengo registrados son: El camello de Baltasar (714) de Yalí y Ruth; El pinito de navidad (764) de Yalí y Ruth; El Año Nuevo de Bolsillitos (765), que es un calendario de 1967 con versos de Beatriz ilustrado por Ruth. Seguramente hubo más a fines de 1967.
El primer cuento de Pascua aparece en 1960: El conejo de Pascua (415), de Beatriz y
Agi.
Más adelante El
huevo de chocolate (465) de Nora y Ruth
y El huevo de Pascua (571),
también de Nora y Ruth.
Continúan apareciendo los cuentos alusivos al carnaval.
El último que encontré es ¡Viva el
carnaval! (770), una antología de carnavalitos ilustrado por Ruth.
La
escuela
En Puf-Puf va a la escuela (433) siguen los
pupitres de madera con su tintero, el pizarrón negro, los portafolios y los
delantales tableados. La única diferencia es el de la maestra, que ahora es
recto, abrochado por delante, como el de los varones. Lo mismo sucede con los
siguientes ambientados en el ámbito escolar. Nada de pizarrones verdes o bancos
individuales. Mucho menos pizarrones para marcador, mochilas o delantales “ponchito”.
El barrio
Miguel, el dueño de
los juguetes, anda con su triciclo por todo el barrio. En Yo soy yo (455), de Beatriz y Ruth, dos
hermanos mellizos van solos a la librería, al almacén, a la panadería, a la
peluquería a cortarse el pelo, y, finalmente, a la heladería.
La calle de Hernán
(477), de Nora y Ruth, comienza así:
“Ahora que soy grande, mi mamá ya no va a buscarme a la
escuela. Vuelvo solo.”
Claro que la escuela sólo queda a dos cuadras. Pero Hernán compra en el kiosco, entra a la farmacia para pesarse, ayuda a un mecánico, mira como el cartero abre el buzón para sacar la correspondencia, entra a la tienda de Doña Elena a ver cómo la están pintando y, al final, cruza la calle solo, después de mirar para ambos lados, y corre hasta su casa. Su mamá lo llena de besos y le pregunta: “¿Por qué tardaste tanto en volver de la escuela?” En la ilustración no hay ningún semáforo y está cruzando por la mitad de la cuadra.
Claro que la escuela sólo queda a dos cuadras. Pero Hernán compra en el kiosco, entra a la farmacia para pesarse, ayuda a un mecánico, mira como el cartero abre el buzón para sacar la correspondencia, entra a la tienda de Doña Elena a ver cómo la están pintando y, al final, cruza la calle solo, después de mirar para ambos lados, y corre hasta su casa. Su mamá lo llena de besos y le pregunta: “¿Por qué tardaste tanto en volver de la escuela?” En la ilustración no hay ningún semáforo y está cruzando por la mitad de la cuadra.
Los cuentos de Panchito también nos recuerdan los
negocios de los barrios y el carrito del vendedor ambulante de los helados
“Laponia”.
En los sesenta los chicos seguían jugando en las veredas,
a los mismos juegos que antes, y a otros nuevos como “el patrón de la vereda”.
El primer niño que vive en una casa de departamentos con
ascensor es Marcela en ¡Esta es Marcela!
(510) quien, entre sus muchas travesuras, se disfraza de astronauta y usa
el ascensor como nave espacial. El cuento es de Beatriz y Ruth.
En Canela y Café
(512) es la primera vez en que aparecen mascotas compradas en una veterinaria y
no encontradas en la calle. También está escrito por Beatriz; el ilustrador es
Csecs.
En El tranvía 86
(781) de Pedro y Ruth, los tranvías “ya están jubilados”.
En efecto, las diferentes
líneas de tranvías de la ciudad de Buenos Aires dejaron de funcionar en entre
los años 1962 y 1964.
Así que aparecen algunos cambios en el barrio, pero los
chicos siguen saliendo solos y los supermercados brillan por su ausencia,
aunque ya habían aparecido algunos en los sesenta.
La última etapa (diciembre de 1968 a octubre de 1976)
No sé si ese “algo”
que obligó a publicar sólo reediciones habrá sido la ausencia de Beatriz Ferro.
Ya vimos que en 1967 empezó a trabajar en el CEAL como directora de “Los
cuentos de Polidoro”, pero, además es la directora y redactora de la
enciclopedia “El Quillet de los niños” de 1970. ¿Estaba todavía Beatriz
vinculada a Abril en esta etapa? Si ya no estaba ¿quién era el responsable de
la publicación de los Bolsillitos? ¿Quién decidía que títulos se reeditaban?
Vimos, en el capítulo 1, que Abril tuvo problemas en los dos gobiernos
de militares y en el de Isabel Perón,
pero alguien decidió que, pese a todos esos problemas, los Bolsillitos
siguieran saliendo, aunque fueran los mismos títulos publicados antes. Y
siguieron saliendo mientras Abril existió; desaparecieron junto con la
editorial que los había creado.
¿Valió la pena seguir ocho años más publicando
reediciones? Creo que sí porque eso posibilitó que una nueva generación de
lectores accediera a los viejos títulos.
A fines de 1968, además de Puntitos con sorpresa (9-871) pude
descubrir a Mis juguetes (26-873). En 1969
siguieron saliendo muchos de los más antiguos, por ejemplo: Los siete cabritos (39-874), Los bomberos (40-876), Los burritos (33-881). Pelito Blanco (88-665).
A partir del 890 empezó a salir la serie de “Panchita”, a
partir del 893 la de “Osito, Muñequita y Trapito”, a partir del 804 la de “Las
Caperucitas”, a partir del 899 la de “Gatito”.
En 1970 comenzó a salir la serie de “La vida en el
bosque” a partir del número 927, la de
“Los países y sus cuentos” a partir del 931, la de “Los cachorritos” a partir
del 946, la de “Historias del mundo” a partir del 956 y la de los “Bolsillitos
sabios” a partir del 988 (aunque ya no llevaban ese rótulo en las tapas).
Ya avanzados los setenta se reeditaban preferentemente
los de los sesenta: muchos de los de poemas, los de “Cándida” los de “”El topo
amable”, los de “Ada y Adita”, pero también seguían algunos de los cincuenta.
Hay Bolsillitos que salieron tres veces, por ejemplo: Lauchita Rin-Rin (41-880-1217), Gatito y Rompococo (156-899-1222), La serenata de las Caperucitas
(151-900-1225), Domingo, el mago
organillero(158-903-1179); ¡Qué
verduritas!” (393-957-1262), David
contra el gigante (391-956-1259), Chapotín
el patito (295-987-1263).
En 1970 empezaron
a salir publicidades en las contratapas. Al principio, con entretenimientos.
Por ejemplo, en las contratapas de los números 956 y 957 hay un dibujo para
colorear siguiendo un código de números. Está en un recuadro en la parte
superior y es una cigüeña que lleva un bebé en el pico. Debajo está el
auspiciante “Casa París Bebé”. Pero apareció en pocos números, después siguió
Pepe Bolsillitos con sus juegos. Más adelante, en 1971 y 1972, ya eran
publicidades de toda la página de los juguetes “Mis ladrillos”, todas diferentes,
con distintos modelos para armar. Sin embargo, no aparecían en todos los
números y en 1973 ya no estaban. Creo que no hubo más publicidades,
evidentemente los primeros setenta fueron años difíciles para la editorial en
el aspecto económico.
Después, ya lo vimos, los problemas eran especialmente
políticos. La Editorial Abril fue creada por gente que venía huyendo de
regímenes totalitarios europeos, gente
que no dudó en contratar en sus equipos a todos los intelectuales perseguidos
por su ideología…¿Cómo podría sobrevivir a un segundo golpe militar? La
editorial dejó de existir en 1976 y los Bolsillitos también.
[1]
Creo que la mejor versión en castellano de Los
tres osos de la Colección “Muñequitos” de Editorial Sigmar, ilustrada por
Tadazu Izawa y Shigemi Hijihata. Pero no lo digo por las ilustraciones, que son
preciosas, sino por la versión de María Laura Serrano, seudónimo de Julia
Daroqui, una gran escritora argentina, injustamente olvidada.
[2]
Recomiendo dos ediciones fieles al original de Andersen que también son
valiosas por sus ilustraciones: La
Sirenita adaptada por Arnica Sterl e ilustrada por Anastassja Archipova,
Everest, 2005 y La Sirenita, adaptada
por Kypun-Sook Kwon e ilustrada por Gabriel Pacheco, Unaluna. 2009
[3] La
versión completa del cuento de Perrault puede leerse en: Charles Perrault, La bella durmiente, traducción de
Joëlle Eyheramonno, ilustrado por
John Collier, Anaya: Colección Ratón Pérez, Madrid, 1985 o en la versión de Graciela Montes para La mar de cuentos del CEAL, luego reeditada por Gramón-Colihue. La versión alemana:
Jacob y Whilhem Grimmm, La bella durmiente,
versión castellana de José Miguel Rodríguez Clemente, ilustraciones de Gusti,
Barcelona, Ediciones B, 2003.
[4] En
2005 salió un libro-álbum muy hermoso que cuenta esa misma historia: Marjorie
Priceman, El globo, Planeta De
Agostini: Los mejores cuentos ilustrados, Barcelona, 2016.